Tipos de nariz aptos para una rinoplastia en Monterrey


Anteriormente en este blog hemos dedicado varias publicaciones a hablar de los beneficios que se pueden disfrutar con una rinoplastia en Monterrey realizada por un cirujano certificado y con amplia experiencia, como el Dr. Gerardo Castillo. De igual modo hablamos de algunas generalidades de las técnicas empleadas para llevar a cabo la cirugía, del tipo de preparación que se debe tener previamente a someterse al procedimiento y de los cuidados que usualmente se recomiendan para obtener los mejores resultados posibles después de la operación y para reducir los riesgos de complicaciones. En esta ocasión tocaremos otro tema de interés para quienes están considerando realizarse una cirugía de nariz: los tipos de nariz, algo que tanto a quienes se van a operar con fines estéticos, como para los que requieren de una rinoplastia para mejorar el funcionamiento de su nariz, deberían conocer.

Antes de comenzar a hablar de los tipos de nariz que se pueden obtener después de una rinoplastia en Monterrey, conviene que presentemos los distintos tipos de nariz presentados por las personas que toman la decisión de someterse a este tipo de operación. Como es sabido, en términos estéticos la rinoplastia modifica la forma, tamaño y la posición de la nariz respecto al rostro para darle una mayor armonía al rostro, y para obtener los mejores resultados es indispensable contratar los servicios de un cirujano certificado con experiencia comprobada en llevar a cabo cirugías de nariz; pero no sólo esto es importante, también es necesario que se tenga una idea de los resultados que se quiere obtener y por ello se recomienda que se acuda con referencias, por ejemplo, con fotografías o recortes de revistas, como ejemplo de lo que se quiere obtener.

A partir de esto y evaluando la forma de la nariz actual y de la simetría del rostro, el cirujano determinará cuál es la mejor opción y se encargará de hacer un diseño, así como de determinar qué tipo de cirugía es la más conveniente y en algunos casos, sugerir cirugías complementarias para conseguir resultados más armónicos.

Muchos de los pacientes que solicitan una rinoplastia presentan una nariz con protuberancias o jorobas, a la que se le conoce a como nariz de camello y para la que se suele aplicar la rinoplastia de limado de caballete. En este tipo de nariz, al mirar el perfil se percibe un abultamiento que puede ser resultado de una lesión, o bien, ser una cuestión genética y la técnica quirúrgica tiene como finalidad, en estos casos, reducir el cartílago del puente nasal para obtener una nariz recta.

La nariz con punta bulbosa es otro tipo de nariz que muchos pacientes desean cambiar de forma, se identifica por una bolita en la punta que hace que se vea muy redondeado y para modificarla se hacen transformaciones en el cartílago que se encuentra por debajo de la punta de la nariz. En el caso de la nariz con punta desigual el procedimiento quirúrgico se suele enfocar a modificar la punta de la nariz para darle mayor simetría. En este tipo de narices los lados son desiguales, ya que uno sea más grande que el otro, que su posición sea más alta o que alguno de los orificios nasales esté torcido hacia alguna dirección. Estas diferencias son ocasionadas por el estado del cartílago y pueden presentarse por genética o como resultado de una lesión.

Otro de los tipos de nariz que llevan a una persona a interesarse por un procedimiento quirúrgico para su modificación es la nariz torcida, la que se corrige con una técnica llamada septoplastia. La nariz torcida se caracteriza por presentar una inclinación hacia un lado del rostro sobrepasando la línea media, lo que genera una imagen general de asimetría. En este tipo de nariz, los huesos de la nariz o el tabique nasal no están alineados en ángulo recto con la línea media de la cara y al igual que algunas de las anteriores, puede darse por factores genéticos o como resultado de una lesión. Es bastante común que las personas con este tipo de nariz presenten algunos problemas a nivel funcional, por lo que una rinoplastia podría en esos casos, tener también objetivos correctivos para mejorar la salud.

Cuando la nariz sobresale demasiado del rostro, dándole una apariencia de gran tamaño, se habla de una nariz proyectada, la que se puede modificar haciendo un incremento en la elevación del puente de la nariz o bien, modificar la punta de la nariz, pues en general este tipo de nariz hace que la punta luzca irregular. El opuesto a este tipo de nariz es la llamada nariz deprimida o plana, que se encuentra hundida en el rostro por el pequeño tamaño del puente nasal; esta nariz puede presentarse de nacimiento o por cirugías previas y para corregirla se utiliza cartílago o u implante con lo que se rellena el puente.

Por otro lado encontramos la nariz ancha, la nariz grande y la nariz pequeña, que son características genéticas que muchas veces ocasionan incomodidad a quienes las presentan, o bien, son producto de enfermedades que las afectan a nivel funcional y modifica estéticamente. En los casos de la nariz grande y ancha se atiende la alineación y el cartílago para modificar la dimensión, mientras que con la nariz pequeña se colocan implantes para incrementar el volumen de la nariz.

La nariz respingada es otro tipo de nariz que se somete comúnmente a modificaciones quirúrgicas, a pesar de que este tipo de narices son las que se usualmente se buscan al someterse a una operación de nariz, quienes las tienen por genética o por cirugías anteriores pueden presentar inconformidad cuando está demasiado respingadas porque no parece naturales, y en estos casos la rinoplastia busca darles una apariencia más natural.

Las narices largas se tratan con una reducción del cartílago subyacente, eliminando piel en las fosas nasales o por acortamiento del tabique. Mientras tanto, las narices que presentan fosas nasales anchas se modifican con una extracción de tejido en las fosas nasales para reducir su ancho y longitud, lo que en general da una apariencia de nariz más pequeña a pesar de que no se realicen otro tipo de cambios i en el puente o tabique.

Ya que conocen el tipo de narices existentes resulta más sencillo identificar la que presentan y darse una idea del procedimiento que se seguirá para modificarla. Como ya mencionamos, se sugiere presentar al cirujano referencias visuales del tipo de nariz que se quiere obtener pero es importante tener en cuenta que no existen narices ideales, y que a pesar de que a una persona un tipo de nariz le luzca bien, por la forma de su rostro es posible que no sea la mejor opción para ustedes y el cirujano presente otras opciones.

Confiar en el diseño del cirujano es muy importante, y por ello les recomendamos elegir los servicios de profesionales con amplia experiencia en rinoplastia en Monterrey, como el Dr. Gerardo Castillo. Si desean agendar una cita o solicitar mayor información sobre sus servicios los invitamos a contactarnos, para nosotros será un placer atenderlos.