Para entrar en detalle sobre los hechos históricos de la rinoplastia, en esta ocasión, hablaremos sobre la historia de las cirugías de nariz hasta nuestros días, de modo que conozcan el largo camino que tuvieron que recorrer estas prácticas que hoy en día se han vuelto más seguras y menos invasivas. No olviden contactar al Dr. Gerardo Castillo si buscan el respaldo de un experto en todo lo relativo a la rinoplastia en Monterrey.
Aunque nuestros lectores no lo crean, las rinoplastias han existido por miles de años. Ciertamente, las técnicas de cirugía nasal aparecen de manera temprana en muchos registros históricos, asimismo muchos países y culturas diferentes han dejado su impronta en este procedimiento.
La rinoplastia tiene sus raíces en el antiguo Egipto, aproximadamente en el año 3.000 a.C. En esos tiempos, un castigo común para los delincuentes que cometían robos y actos de naturaleza religiosa o política era la rinomectomía, la cual, como su nombre lo indica, consiste en la extracción de la nariz, procedimiento que dejó a innumerables delincuentes mutilados. Asimismo, los médicos egipcios desarrollaron técnicas para reconstruir narices y detallaron tales procedimientos en jeroglíficos como el Papiro Ebers, a saber, el registro más antiguo sobre procedimientos médicos. Aunque este documento era sencillo, sentó las bases para desarrollos futuros.
Otro caso es el de la India, a partir del año 500 a.C., donde la amputación de la nariz en delincuentes era algo común. Un médico prodigio llamado Sushruta fue el que comenzó con la reconstrucción de las narices de estos hombres, mediante una técnica más avanzada que la utilizada por los egipcios: la rinoplastia con colgajo frontal, cuyos fundamentos están latentes en la cirugía plástica moderna.
Posteriormente, en el Imperio Romano (27 aC – 476 dC), la cirugía plástica se introdujo a través de los primeros textos médicos. El escrito De Medicina escrito por Aulus Cornelius Celsus, describe procedimientos quirúrgicos detallados para reconstruir la nariz entre otras partes del cuerpo. Asimismo, la sinagoga Medicae, escrita por el médico real Oribasius, se centró en las técnicas para reconstruir las narices con defectos de nacimiento.
Las compilaciones médicas de aquel entonces permitieron el avance de las técnicas de rinoplastia, gracias a que incluían detalles sobre prevención de la distorsión facial postoperatoria mediante suturas sueltas, limpieza de huesos expuestos, eliminación de tejido dañado y prevención de infecciones. Las traducciones de los textos señalados fueron sustanciales para la práctica de la rinoplastia en otras partes del mundo. Por ejemplo, el médico árabe Ibn Abi Usaibia descifró muchos de los textos médicos indios, incluida la Biblia de la cirugía plástica: la Sushruta samhita. Tras traducirlo del sánscrito al árabe, el texto llegó a diferentes rincones del mundo, incluido el occidente en el siglo XV.
Después de algunas décadas, el cirujano italiano Gasparo Tagliacozzi se convirtió en el primer innovador occidental de la cirugía plástica facial. En su texto, The Surgery of Defects by Implantations, escrito en 1597, describió procedimientos de rinoplastia realizados en soldados que habían sufrido diversas heridas y deformidades en las batallas. Esta guía fue la primera de su tipo. Incluía diagramas innovadores e ilustraciones. Por ejemplo, un estudio de caso de este libro describe a un paciente cuya nariz estaba conectada a un pequeño colgajo de piel tomado del bíceps. Para asegurar la curación adecuada, el paciente mantuvo cierta posición durante tres semanas, en la que su antebrazo estaba unido a la cabeza, de modo que la aleta de la piel pudiera crecer y adherirse a la nariz. Siglos después, en el XIX, la rinoplastia concibió una nueva oleada de desarrollo en el mundo occidental, en la que los cirujanos trabajaron para reconstruir las narices que habían sido destruidas en la guerra y por el arsénico. Durante este tiempo hubo numerosos estudios e informes médicos escritos por visionarios de la época, tal es el caso del cirujano inglés Joseph Constantine Carpue, quien describió algunas técnicas médicas para restaurar la nariz en las situaciones anteriores. Otro ejemplo, en Alemania, es el Dr. Karl Ferdinand von Gräfe, fundador de la rinoplastia alemana, el cual publicó un libro sobre técnicas de reconstrucción nasal. Este último utilizó las bases establecidas por otros cirujanos plásticos de Europa, como Gasparo Tagliacozzi, para crear técnicas más avanzadas y especializadas. Su texto describe más de cincuenta métodos antiguos de cirugía plástica de todo el mundo, asimismo, incluye su propio método, llamado reconstrucción nasal de injerto libre.
En América, el Dr. John Orlando Roe realizó la primera rinoplastia cerrada en 1887. También fue el primer cirujano en realizar la rinoplastia cosmética. Su paciente fue un hombre de unos 20 años que sufría de extrema vergüenza y agorafobia debido a su gran nariz, el cual informó un aumento en su calidad de vida después de la operación, marcando un hito histórico para la cirugía plástica.
A medida que el siglo XIX llegaba a su fin, la cirugía plástica cosmética avanzaba cada vez más. Cirujanos estadounidenses y europeos vieron a la rinoplastia como una oportunidad para proporcionar tanto una nariz estéticamente agradable como condiciones respiratorias mejoradas. Ya en la Primera y Segunda Guerra Mundial hubo rápidos avances médicos, por lo que los cirujanos perfeccionaron aún más el método de la rinoplastia cosmética. La rinoplastia se había visto en el pasado como una intervención extrema, debido al alto riesgo de complicaciones de la anestesia; sin embargo, pronto se introdujeron métodos más seguros, haciéndola tangible para aquellos que buscaban cambiar la apariencia de su nariz.
Aunque los métodos de aquellos tiempos no eran tan refinados como lo son hoy en día, como las técnicas de rinoplastia en Monterrey que el Dr. Gerardo Castillo ofrece, la década de 1950 llevó la rinoplastia a la vanguardia al grado de convertirse en una moda, reservada para los ricos y famosos, por ejemplo, Marilyn Monroe, Rita Hayworth y John Wayne. El avance que distingue a nuestros tiempos es que esta operación ya no es una opción exclusiva, sino un procedimiento común que mejora la salud y la autoestima de millones de personas en todo el mundo.
Esperamos que les haya gustado esta publicación, no olviden contactar al Dr. Gerardo Castillo, si desean el respaldo de un experto en todo lo relativo a la rinoplastia en Monterrey. ¡Gracias por su visita a este blog!