Breve historia del aumento de busto en Monterrey y el mundo


Historia de la Mamoplastia de aumento

Al ser un tipo de cirugía de consecuencias con prejuicios morales, su historia comienza con en el siglo XVIII, con tratamientos cosméticos cuyos resultados nunca se veían nada claros. Normalmente eran mitos de utilización de remedios caseros. Otro de estos grandes mitos era la creencia del papel del corsé como un aparato capaz de aumentar el tamaño de los senos, por la presión sostenida. Obviamente esto no era nada cierto, y se conseguía totalmente lo contrario al oprimir los senos, evitando su crecimiento.

En otra de las locuras de estas épocas, los “farmacéuticos y perfumeros” parisinos, crearon unas máquinas sacadas al puro estilo de la ciencia ficción. Una cúpula metálica con una ventosa, la cual tenía una manguera para conectarla a la llave de agua de un lavabo.  Supuestamente la acción del agua fría, en contacto con las glándulas mamarias, reafirmaba la musculatura de los senos.

El primer cirujano, pionero en la cirugía de aumento de senos, fue el médico checoslovaco Vincenz Czerny en 1985. En el anfiteatro de la Universidad de Stanford, trató a una cantante de 41 años, la cual padecía de un tumor en el seno izquierdo, requiriendo su extirpación inmediata. Al ser su vida parte de la farándula, no quería que su belleza decayera, de esta forma el Dr. Czerny intentó pensar en formas de cómo rellenar este espacio vacío que quedaría. No sabemos si salió peor el remedio que la enfermedad, pero Czerny descubrió otro tumor en el área abdominal, tomando como ocurrencia quitar el del seno, y transferir el del estómago al seno. En su defensa, podemos decir que en su cuidado en analizar dicho tumor, el del estómago era benigno. Esta técnica la reprodujo en otras pacientes, donde usaba grasa y liponas de sus espaldas para usarlas para agrandar el tamaño de los senos.

Los imitadores de Czerny no se hicieron esperar y muchos médicos, como verdaderos émulos de Frankenstein, imitando la técnica nombrada comenzaron a usar materiales inusuales. Cosas como esferas de vidrio, parafina, marfil, diversos plásticos, cartílago de diversos animales, lana, esponjas, tela, etc. Obviamente los resultados fueron de lo no deseado a lo desastroso, con complicaciones tremendas.

De los casos más famosos y trágicos, fue el de él Dr. Gersuny, utilizando inyecciones de parafina. Por su bajo costo se usó durante años, causando intoxicaciones, problemas glandulares, infecciones y múltiples problemas de salud, hasta que en los años veinte se dejó este procedimiento.

Siguiendo los pasos de Czerny, en 1917 el Dr. Barlett hizo un aumento de senos usando grasa del abdomen. El problema de la técnica era su corto periodo de uso, por así decirlo, ya que al ser grasa natural del cuerpo era reabsorbida en poco tiempo; esto fue imitado en 1953 con los mismos resultados.

Pero seguían las películas de terror, en la época de la postguerra se popularizaron las inyecciones de silicona. Múltiples mujeres japonesas, tailandesas y vietnamitas, ellas mismas se inyectaban silicona, entre las cuales se habla de que acudían a los bares cercanos a las bases militares estadounidenses. Este método desarrolla un endurecimiento de los senos por granulomas, infectando partes de los músculos a niveles alarmantes. Muchas de estas mujeres tuvieron que ser intervenidas de emergencia para salvarles la vida, y décadas después todavía han derivado en serias complicaciones. De la misma forma, entre las ideas más descabelladas, se sabe de la utilización de diferentes aceites vegetales con los mismos motivos, pero cabe decir que esta forma es todavía más peligrosa conllevando la muerte.

Seguía la investigación, y en el año 1958 los doctores McClay y Edgerton usaron un tipo especial de esponjas, pero al poco tiempo producían infección, fibrosis y deformación, de lo cual se desechó el tratamiento. Al año siguiente, 1959, los cirujanos estadounidenses Croning y Gerov, crean un modelo ovalado para prótesis mamaria; su material era silicona sólida con un espacio relleno de una solución salina. Al comenzar las primeras intervenciones quirúrgicas en 1962 con este método, se tuvo que sustituir el relleno por gel de silicona, al presentar escurrimientos y roturas frecuentes.

La época contemporánea

Como se mencionaba del invento de las prótesis adecuadas, este procedimiento se extendió de una forma descomunal en todo el mundo. Hasta 1976 se crearon normas para el control de estas prótesis al surgir casos negativos al respecto. En 1992 la agencia gubernamental de Estados Unidos conocida como FDA, llegó a la conclusión de limitar la aplicación de prótesis de gel de silicona, al realizar varios estudios que hablaban de problemas congénitos por complicaciones con los implantes. Esto generó el desarrollo de estas cirugías en otras partes del mundo con gran éxito.

Tuvieron que pasar 14 años para que tras nuevos estudios, la FDA en el 2006 se retractara de sus aseveraciones. Los presuntos daños colaterales no se pudieron comprobar de ninguna forma, y a su vez la mayoría de las pacientes no presentaban ningún problema. De la misma forma, nunca se pudo comprobar o evidenciar que se produjera algún tipo de riesgo de cáncer por usar estos implantes.

La avanzada tecnología ha demostrado la seguridad y confiabilidad de la cirugía de aumento de busto en Monterrey, siendo esta ciudad la cede del consultorio, del Dr. Gerardo Castillo, del cual, para obtener más información, o programar una consulta, se puede agendar a los teléfonos 8110778664 y 8115541175. De la misma forma puede comunicarse a nuestras redes sociales, o medios electrónicos.

En múltiples ocasiones, el Dr. Gerardo Castillo explica las formas idóneas y cuidados de estas cirugías, teniendo en cuenta la historia como factor de aprendizaje. La solidez de su especialidad lo hace una de las mejores opciones para la cirugía de aumento de busto en Monterrey, y la República Mexicana.